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Neurociencia aplicada al aprendizaje: Cómo funciona el cerebro durante el estudio

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¿Alguna vez te has preguntado por qué a veces estudias mucho pero olvidas lo que aprendiste? ¿O por qué hay días en los que te cuesta concentrarte, aunque tengas la mejor intención? La respuesta está en cómo funciona tu cerebro mientras aprendes. La neurociencia del aprendizaje es la rama de la ciencia que estudia cómo el cerebro procesa, retiene y aplica la información. Comprender estos procesos te puede ayudar a estudiar mejor, con menos frustración y mejores resultados.

En la Preparatoria José Vasconcelos, creemos que aprender no solo debe ser efectivo, sino también consciente y significativo. Por eso, este artículo está dirigido tanto a estudiantes como a madres, padres y docentes que buscan entender cómo potenciar el aprendizaje desde la raíz: el cerebro.

¿Qué sucede en el cerebro cuando aprendemos?

Cada vez que estudias algo nuevo —ya sea una fórmula matemática, una palabra en otro idioma o un concepto de historia— tu cerebro crea o fortalece conexiones entre neuronas. Estas conexiones forman redes que almacenan la información que necesitas recordar.

A este proceso se le conoce como plasticidad cerebral, y es lo que permite que el cerebro cambie, se adapte y mejore con el tiempo. Cuanto más practicas algo, más sólidas se vuelven esas conexiones. Es como trazar un camino en el bosque: al principio es estrecho y difícil de ver, pero con cada paso se vuelve más claro y fácil de seguir.

Esto significa que tu inteligencia no está “fija”. Puedes mejorar tus habilidades en cualquier área si sabes cómo estudiar mejor, cuándo descansar y cómo organizar tu aprendizaje.

La atención: el filtro del conocimiento

Uno de los factores más importantes al momento de estudiar es la atención. Es la capacidad que tiene tu cerebro para enfocarse en una sola tarea y bloquear las distracciones. Sin atención, simplemente no hay aprendizaje.

Estudiar con el celular al lado, con notificaciones activas o con música muy estimulante, hace que tu atención se divida, y eso impide que el cerebro procese bien la información. Por eso es fundamental crear un ambiente libre de distracciones al estudiar.

Una técnica recomendada por expertos es el método Pomodoro: estudiar durante 25 minutos enfocado, hacer una pausa de 5 minutos, y repetir el ciclo. Esta estrategia ayuda a mantener tu atención activa sin agotarte. También es importante estudiar en momentos del día en que tu mente esté despierta, como después de un descanso o una comida ligera.

La memoria: cómo se forma y se fortalece

Todo lo que aprendes pasa primero por la memoria de corto plazo. Si esa información se repite, se comprende y se relaciona con lo que ya sabes, entonces pasa a la memoria de largo plazo, donde puede permanecer por días, semanas o años.

Para fortalecer la memoria, la neurociencia recomienda tres estrategias básicas:

1. Repetición activa: no basta con leer muchas veces. Es mejor intentar explicar el tema con tus propias palabras, responder preguntas o hacer ejercicios.

2. Conexión significativa: relaciona lo que estás aprendiendo con ejemplos reales, experiencias personales o conocimientos anteriores.

3. Espaciado del repaso: en lugar de estudiar todo el día antes del examen, repasa varias veces durante la semana. Esto ayuda a que el cerebro fije la información de manera más duradera.

Por ejemplo, si estás aprendiendo un tema de biología, puedes explicárselo a un amigo, hacer un esquema visual y repasar tus apuntes cada dos días. Así, le das a tu cerebro tiempo para consolidar el conocimiento.

Dormir bien: una parte clave del aprendizaje

¿Sabías que mientras duermes tu cerebro organiza y guarda lo que aprendiste durante el día? El sueño es un componente fundamental del proceso de aprendizaje. Durante las fases profundas del sueño, el cerebro fortalece las conexiones que formaste mientras estudiabas y elimina la información que no necesitas.

Dormir entre 8 y 9 horas por noche no solo mejora la memoria, sino también la concentración, el estado de ánimo y la capacidad para resolver problemas. Por eso, desvelarte para estudiar puede ser contraproducente: tu cerebro agotado no podrá retener bien la información y rendirás menos al día siguiente.

Una buena rutina de estudio siempre debe incluir horas de sueño suficientes. Dormir bien también es estudiar.

Emoción y motivación: aliados del cerebro

El cerebro aprende mejor cuando está emocionado o motivado. Esto no significa que todo tenga que ser divertido, pero sí que es más fácil aprender cuando un tema despierta tu interés, conecta con tus metas o lo relacionas con algo importante para ti.

Por eso, es útil que al estudiar te hagas preguntas como: ¿para qué me sirve esto? ¿Dónde podría aplicarlo? ¿Qué parte me resulta más curiosa? Este tipo de reflexión ayuda a que el cerebro le dé más valor a la información y, por lo tanto, la recuerde con mayor facilidad.

Además, la emoción positiva —como la satisfacción de resolver un problema difícil o entender un tema complicado— libera dopamina, una sustancia que refuerza el aprendizaje.

Repetir, practicar, enseñar: las claves para recordar

Uno de los descubrimientos más importantes de la neurociencia del aprendizaje es que no aprendemos en un solo intento. La repetición es necesaria, pero debe ser activa. Es decir, no se trata solo de leer el mismo texto muchas veces, sino de hacer algo con esa información.

Por ejemplo:

• Explica el tema en voz alta, como si fueras el profesor.

• Haz mapas mentales, esquemas o dibujos para representar lo que aprendiste.

• Practica con ejercicios o juegos de preguntas.

• Revisa lo aprendido varios días después, no solo el mismo día.

Cuando enseñas lo que aprendiste, tu cerebro lo procesa más profundamente. Así que estudiar en grupo o ayudar a un compañero también puede beneficiarte.

Conclusión: Estudiar mejor es posible si entiendes cómo aprende tu cerebro

Estudiar no se trata solo de memorizar por obligación. Cuando comprendes cómo funciona tu cerebro, puedes cambiar tu forma de aprender y hacerla mucho más eficiente, agradable y duradera. La neurociencia del aprendizaje nos enseña que prestar atención, descansar bien, practicar con intención y conectar emocionalmente con lo que estudiamos son claves reales para el éxito académico.

En la Preparatoria José Vasconcelos, impulsamos una educación integral que combina el conocimiento con el desarrollo personal. Por eso, acompañamos a nuestros estudiantes no solo en el aula, sino también con estrategias prácticas como estas, que les permiten estudiar con inteligencia y cuidarse emocionalmente.

Recuerda: tu cerebro es flexible, poderoso y capaz de lograr más de lo que imaginas. Estudia con intención, con técnica y con pasión. ¡Estudiar mejor sí es posible!

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